viernes, 1 de octubre de 2010

Perfil griego


Hace unos días fui a buscar a los perros para sacarlos a pasear. Desde que me mudé a un apartamento y los tuve que dejar en un pensionado,yo soy la paseadora.
Tengo dos Labradores: padre e hijo. Jagger era el perro de Gabriela, mi hija mayor; ella lo eligió de cachorrito y le puso el nombre. Ahora está medio viejito, con barba blanca y cataratas en los ojos. Indio tiene 4 años.
Había puesto una sábana en la parte de atrás del auto, pero al treparse ellos la arrollaron toda en su alegría. El olor tan fuerte que ellos despiden imposibilitaba el viaje con las ventanillas cerradas. Hacía mucho frío y yo vestía ropa abrigada, con pantalones viejos porque siempre vuelvo decorada con las huellas de mis negritos. "No me saltes, Indio",digo, pero no hay caso.
Al llegar a la playa, los perros bajaron intempestivamente, casi llevándome por delante. Son tan fuertes que apenas un coletazo puede inestabilizarte.
La playa estaba desierta, como de costumbre en esta época del año. Por lo menos brillaba el sol y el viento se podía aguantar. Los perros correteaban a sus anchas, ladrando y persiguiendo a las gaviotas. El chillido de éstas los excitaba aún más. Yo no le sacaba la vista a Jagger, porque últimamente me da miedo que se pierda. Indio me traía todo el tiempo un palo para que se lo tirara , pero yo no le daba demasiado corte porque si lo hago se enloquece y no para de insistir. El igual se divertía subiendo y bajando los médanos y yo pensaba que su brío era envidiable. Jagger, más tranquilo, olisqueaba todo y comía alguna porquería que preferí no averiguar.
Más de una vez se metieron en el mar y nadaron unas brazadas, ( ¿o patadas ?), sacudiéndose profusamente al salir. Yo me alejaba de la orilla. El frío lo toleraba, pero no que me agregaran una mojadura. En una de esas incursiones, noté que Jagger salía enseguida, rengueando. Se sacudió, largando mil gotas al aire y luego comenzó a lamerse la pata delantera, intentando también mordisquearla como para quitarse algo que le molestaba. No podía y comenzó a gemir.
Corrí hacia él y, agachada a su lado, me puse a investigar la causa de su dolor. "Ah, es una espina, quietito que te la voy a sacar," le dije y pegué el tirón. Al levantar mi cabeza, el hocico de Indio, que llegaba como un bólido, me dio con todo en la base de la nariz. Lo que recuerdo del encontronazo es que ví puntitos negros. Que se transformaron en manchas oscuras. Que las piernas no me respondieron .Que pensé: no me puedo desmayar acá…

Cuando volví en mi estaba en la ambulancia de la emergencia médica. El médico me hizo preguntas que yo logré contestar coherentemente, pero con esfuerzo. Me costaba respirar pero me dijeron que no me preocupara, que era por las mechas en la nariz. Me aliviaron un poco con una inyección de algún medicamento potente.

En la comisaría, el encargado de la pescadería "La Virazón" declaraba:
-Yo estaba limpiando corvina cuando escuché los ladridos. De primera no hice caso porque estaba atareado. Pero los perros estaban como locos. Entonces subí al médano y vi que había una mujer tirada cerca de la costa y que dos perros corrían alrededor. Desesperados estaban los bichos. Entonces corrí para la playa. La señora estaba desmayada, o parecía y a lo primero los perros no me dejaban acercar. Me gruñían. Pero les fui conversando y me dejaron. Le hablé a la señora, pero nada. Tenía la campera blanca todita manchada de sangre. La nariz la tenía media torcida y los labios estaban azules, así de hinchados. Yo la agarré por los brazos y la corrí un poco para adentro porque la marea estaba subiendo. Cuando estaba en eso le sonó el celular. Se lo saqué del bolsillo y atendí ¿qué iba a hacer? Era uno de los hijos, me dijo, y le expliqué todo. Y bué, me encargó que no la dejara sola y la dirección para mandar a la emergencia y bué…, así fue nomás. Y, nada, cuando aparecieron los dos muchachos, los perros quedaron tranquilos. Juan, el veterinario, el que tiene el pensionado aquí cerquita, los vino a buscar.-

Todos me dicen que la nariz me quedó muy bien. Más de uno, de esos que hace tiempo no me ven, sospechan que me hice una buena cirugía estética. Me da pereza contarle a todo el mundo que este perfil griego se lo debo a mi querido Indio.


3 comentarios:

  1. ¡Qué historia, Cecilia! Un abrazo.

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  2. Gracias Su!
    Ahora lo corregí,se había publicado sin unas partes.No sé porqué cuando hay este signo (<<)muchas veces al pasarlo te suprime lo q está allí. Si lo pongo entre comillas, no. Tenés idea?
    Fantásticos tus haikus y la fotografía en tu blog.Espero conocerte un día...
    Abrazo

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  3. Ceci, tu perfil es bien griego, pero de nacimiento. Quizá de ahí partiste con tu imaginación!
    Veo que subiste pila de cosas!!
    :))

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