lunes, 28 de septiembre de 2009

Praia do Rosa


Subiendo y bajando, al anochecer, confluimos los 17 ( padres, hijos) en ese lugar oculto. La cabaña más grande fue centro de reunión. Tres hamacas colgantes se mecían suavemente al concierto de insectos, ranas, y demás cantantes nocturnos. Apenas alguna que otra lucecita tenue se posaba, discreta, en los morros. Unas caipiroskas relajantes, una picadita y a dormir.
Al abrir el postigo, respiré el verde exuberante. El sol naciente se desprendió del mar y envolvió mi pena en un abrazo tibio.

3 comentarios:

  1. Gracias stella, me siento realizada desp de miles de intentos subí un video!
    Y gracias por el hada por mail!

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  2. Ceci ,qué riqueza de recursos técnico-bloggeros! Lo bueno de tu escritura , no me sorprende ya. Verdaderas felicitaciones.

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